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Usted esta entrando en el mundo onírico de un estudiante de Psicología, lo que pase aquí corre por su cuenta y aunque no hay riesgo de explosiones, incineraciones ni absolutismos en la palabra de un desconocido, esto podría cambiar algunas ideas pertenecientes a ustedes y con ello llevarlos a una realidad alterna que no es de la que hablan T-apendeja y Telarrima
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Ella en el erterno retorno.

¿Quién me ha robado el mes de abril?,
¿Cómo pudo sucederme a mi?...
Joaquín Sabina


Sabina me habla de que perdió un mes… no se de que se queja, pareciera que acabo de perder el resto de mi vida y no le meto ritmo para hacerlo un poco agradable.
Su nombre no tiene importancia, Sebástian le llamó Gloria, para mí no tiene nada que ver, sus malditos celos me enfermaban, sus horribles gustos musicales solamente eran callados por los sonidos desafinados de sus orgasmos y aunque no era guapa, estaba lo suficientemente loca como para hacerme salir de esta cotidianidad tan aburrida a la que me tengo que enfrentar a las 10 de la mañana y a las 6 de la tarde con un café que más que amargo lo encuentro solo.
Siempre me despedazó saber de sus preferencias por vampiros bestsellerianos, que ni siquiera había escuchado de Keruak, de Bukowsky, Borroughs… toda esa bola de genios incomprendidos que debieron haber muerto en la carretera, bajo las llantas de un Ford 57 destartalado o entre las vías del tren, en una noche, después de una buena fiesta o en el viaje con pura tila. Y a pesar de eso, ella es la loca.
¿O será acaso que su normalidad era tan patológica para mí que sentía que estaba irremediablemente perdida en la cotidianidad? Respuesta: si, sin duda, estaba enferma de normalidad y en mi anormalidad eso era algo que debía experimentar: Probar los pechos de la normalidad con mis dientes y arrancarles sus últimos suspiros de decencia.
Ingenuo de mí, pensar que los ángeles se dejan mamar por sanguijuelas bañadas de barro. Con trabajos le pude ahogar dos suspiros y probar de la caña de su boca. Ese día fue genial, tenía unos meses de inactividad que probar sus labios, sentir su lengua y su saliva y sus garras acariciando mis brazos mientras viajaba por cada uno de los pliegues que nos unían y después decirme que su Dios moral no le permite estar conmigo, así.
No me perdí un acostón, ni de su cotidianidad que rompía con la mía, me perdí de una mujer que brillaba, que parecía que venía del cielo pero no era más mortal que yo, ni que mi ex, ni yo más enfermo que su ex, ni su próximo ligue.
Sebastián se llama el chico con que va a salir, no hoy, no mañana, pero saldrán, y ella se dará cuenta que él es más normal que ella, y que ella es la rara, y se sentirá enamorada con todas las sensaciones que conlleva, desde el incremento del ritmo cardiaco hasta la humedad que se encerrará en su vagina.
Él la verá raro, dirá que está enferma, que se mete mucho en rollos muy extraños y entonces ella me entenderá, y entenderá que me robó el mes de abril y que de acuerdo al viejo Einstein lo sentí como una eternidad… A final de cuenta Ramiro me gritó tantísimas veces que el amor es eterno mientras dura.
No-Gloria caerá en un infierno (cosa que así escrito deja de ser una paradoja) y la besarán sanguijuelas embarradas y No-Gloria, seguirá sin darme pruebas de su infierno, aunque me dejará una cruda de caña por espacio de unas semanas: en lo que la olvido, me olvida o en lo que nuestra relación que es normal basada en nuestra anormalidad volvemos a dejarnos caer bajo el pasto, sobre las nubes que se ven sobre la espalda de ella, y esperando que abra sus alas para venirme en ella, (ese tampoco es el cielo pero quien lo necesita si tendré a la chica que algún día me va a presentar mi buen amigo Sebastián).


PD. Gracias a Azul por prestar esta bonita foto pa ponerle rostro a la personaje XD.